Briefing inicial: Se reúne información detallada sobre la marca, como su misión, visión, público objetivo, valores y objetivos comerciales. Este paso permite entender la esencia de la empresa y lo que quiere transmitir a su audiencia.

Investigación de mercado y competencia: Se realiza un análisis de las tendencias en el sector, la competencia y las preferencias del público objetivo. Esto ayuda a identificar oportunidades y definir el tono visual adecuado para la marca.

Definición del concepto de marca: Basado en la investigación, se elabora el concepto que guiará toda la identidad visual. Esto incluye los valores clave, el mensaje que quiere comunicar y la personalidad que desea proyectar.

Diseño del logotipo: Se crea un logotipo que refleje la esencia de la marca de manera clara y memorable. El logotipo debe ser funcional, fácil de reconocer y adaptable a diferentes formatos.

Paleta de colores y tipografía: Se selecciona una combinación de colores y tipografías que sean coherentes con el concepto de la marca. Los colores evocan emociones específicas, mientras que la tipografía ayuda a reforzar el tono y la personalidad.

Elementos gráficos complementarios: Se desarrollan iconos, patrones, ilustraciones y otros elementos gráficos que acompañarán al logotipo y reforzarán la identidad visual en diversos materiales.

Manual de identidad visual: Se crea un documento que detalla cómo utilizar los elementos visuales de manera correcta en diferentes medios y plataformas (redes sociales, sitio web, papelería, packaging, etc.). Esto garantiza coherencia en la aplicación de la marca.

Entrega y acompañamiento: Se entregan los archivos finales en los formatos adecuados para su uso, y se ofrece asesoría sobre cómo implementar la nueva identidad visual en todos los puntos de contacto con el cliente.